Y no tiene sentido amar así,
él por aquí y yo por allí.
Y no tiene sentido querer así,
en el desencuentro eterno para el cual nací.
Y no hay sentido para seguir fingiendo,
fingiendo en la locura de algún día querernos.
Y no hay motivos para seguir creyendo,
creyendo en la ilusión de por fin conocernos.
No hay duda, no hay certeza;
ni verdades, ni mentiras.
No hay sueños que me ilusiones,
ni esperanza para que crea.
Soy el agua, tú el aceite.
Soy invisible para tus ojos ardientes.
Y aunque quiera cambiar el destino,
tú estás en tu mundo y yo estoy en el mío.
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